sábado, 21 de enero de 2012

Tyreke Evans, reencontrándose a sí mismo

Apático, sin confianza, con la muñeca fuera de sí y sin ser que nadie pudiera pensar que hace sólo dos años ese jugador hubiera sido el mejor novato del año. Tyreke Evans llegó anoche a San Antonio con una idea clara: volver a demostrar su auténtico nivel.

En el recuerdo, el espectacular vuelo sobre Gary Neal de hace menos de un año en el mismo escenario.

Por primera vez en su corta carrera, el de Chester había sumado tres partidos consecutivos sin llegar a los 10 puntos. Sus números era sólo una muestra más del mal rendimiento del guard. En esos tres encuentros -contra Dallas Mavericks, Minnesota Timberwolves e Indiana Pacers- Evans promediaba 6'6 puntos, 6 rebotes y 6'3 asistencias.

Lo malo no era su aportación al equipo -para muestra su número de asistencias y rebotes- sino su desacierto de cara al aro. Evans sumaba un triste 7/33 en tiros de campo, o lo que es lo mismo, un 21'2%. En tiros libres el porcentaje no era mucho mejor: 60% con 6/10.

Cuando comenzó el partido, no parecía que Evans hubiera cambiado con respecto a otros días. Sus primeros cuatro tiros de campo no entraron hasta que cerró el primer cuarto con un triple sobre la bocina. Pero al descanso ya estaba en 4/9.

Tras la renaudación, Evans firmó un tercer cuarto perfecto (3/3) hasta que llegó el último acto. Otra vez los peores fantasmas aparecían, Evans no anotaba y el partido se estaba decidiendo, pero todo cambió a falta de 40 segundos.

El guard sube la bola, no la suelta y sigue botando, DeMarcus Cousins le ofrece el bloqueo pero Evans no lo aprovecha, encara a Danny Green y...



...los Kings ganan su segundo partido consecutivo, rompieron una racha que duraba desde noviembre de 2007 en la que no ganaban a los Spurs. Y es que contra los texanos, Evans promedia 19'6 puntos, 5'8 rebotes, 6'1 asistencias y 1'6 robos, números superiores a los de su carrera en la NBA.